Estimados colegas del humor gráfico, periodistas y
fotógrafos:
Desde mis inicios en esta actividad,
allá por el año 1973, ya ha corrido tinta, jamás había vivido un comportamiento
tan hostil como interesado hacia nuestra profesión.
Hostil porque, está comprobado, a
algunos nos es im-po-si-ble lograr una colaboración, una humilde colaboración,
que nos permita continuar con la interpretación de los acontecimientos. También
hemos ofertado a algunos digitales, en absoluto sospechosos, que publicaran
nuestro trabajo diario percibiendo una cantidad simbólica, o ninguna, sólo para
que nuestros antiguos lectores supieran que todavía estamos ahí, activos y más
lúcidos que nunca, modestia aparte.
El otro comportamiento que, igual que
vosotros, he tenido ocasión de experimentar en esta situación, es el que
definía en el primer párrafo como interesado. Sí, se trata de esa llamada
constante, sistemática y ya hecha norma, a la que saben que jamás nos negamos: la
colaboración solidaria y, por supuesto, gratuita. Una viñeta de determinado
tamaño, desde el gran formato a la aportación más humilde, ‑para conmemorar
algo que merece la pena recordar, o contra la injusticia y la desigualdad, o ante
la avalancha de agresiones de género, o para recordar esta institución o
aquella, un acontecimiento o una chorrada‑. Siempre se produce una llamada a
los humoristas gráficos, porque saben que somos fáciles y ágiles de trazo, y damos
una respuesta veloz, de manera que nuestro trabajo se traduce en exposición, un
libro, un catálogo, o todo ello al mismo tiempo, totalmente gratis en la
mayoría de los casos. Y sin rechistar. Y encantados, de verdad.
Tampoco podemos olvidar ‑por favor,
que no cuenten otra cosa los libreopinantes todoterreno, que ya son demasiados‑
que los humoristas gráficos fuimos una de las primeras herramientas de la clase
política. Con nuestro léxico frontal y desde el universal lenguaje del
grafismo, pusimos voz a las intenciones de quienes, desde los comienzos,
aspiraban a representarnos. Nuestra viñeta, nuestra tira, decía lo que los
políticos estaban pensando y no se atrevían a verbalizar en público, por si se
pasaban de frenada, pero no fue ni siquiera agradecido.
Por todo ello, al ver la tremenda
cantidad de periodistas heridos por la situación canalla que no cesa, y como
soy uno de ellos –nadie discute ya que el humor gráfico es un género
periodístico‑ ofrezco a cuantos quieran mantener el tipo informando, opinando,
dibujando o aportando fotos de nuestro brutal día a día, un espacio que nos
sirva como escaparate para no desaparecer en silencio. Siempre es mejor una
humilde colaboración, aunque sea sin retribución, que un sentido obituario. Esta
dirección que os dejo aquí es la que ahora mismo necesita de todos para que
juntos salgamos del hoyo. No sólo para los contenidos, sino también para el
diseño, el soporte comercial, etc., etc.,
http://alpanpanyalpunto.com/index.html
Tras este sincero argumento de arranque, estamos Javier Semprún, Paloma Delgado Munden, Luis de Luxán y este que se dirige a ti, Ricardo sirCámara.-
La propuesta no sólo persigue los
fines ya expuestos, sino engrandecer este soporte y esa profesión en la que
creímos siempre, con unos servicios ciudadanos online que os iremos
describiendo, a medida que se vaya consolidando la página para hacerla rentable
y poder pagar las colaboraciones desde las inserciones publicitarias
convencionales o con nuestro peculiar y novedoso soporte comercial con el sello
de cada uno de nosotros. En la dirección sircamara@telefonica.net
podréis dejar vuestras respuestas y cuantas aportaciones os parezcan adecuadas.
Gracias. Tiene gracia la cosa, ¿no¿
sircamara@telefonica.net
Ricardo sirCámara.-
Ricardo sirCámara.-
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