martes, 4 de junio de 2013

El triste oficio de hacer reír



Estimados colegas del humor gráfico, periodistas y fotógrafos:

Desde mis inicios en esta actividad, allá por el año 1973, ya ha corrido tinta, jamás había vivido un comportamiento tan hostil como interesado hacia nuestra profesión.
Hostil porque, está comprobado, a algunos nos es im-po-si-ble lograr una colaboración, una humilde colaboración, que nos permita continuar con la interpretación de los acontecimientos. También hemos ofertado a algunos digitales, en absoluto sospechosos, que publicaran nuestro trabajo diario percibiendo una cantidad simbólica, o ninguna, sólo para que nuestros antiguos lectores supieran que todavía estamos ahí, activos y más lúcidos que nunca, modestia aparte.
El otro comportamiento que, igual que vosotros, he tenido ocasión de experimentar en esta situación, es el que definía en el primer párrafo como interesado. Sí, se trata de esa llamada constante, sistemática y ya hecha norma, a la que saben que jamás nos negamos: la colaboración solidaria y, por supuesto, gratuita. Una viñeta de determinado tamaño, desde el gran formato a la aportación más humilde, ‑para conmemorar algo que merece la pena recordar, o contra la injusticia y la desigualdad, o ante la avalancha de agresiones de género, o para recordar esta institución o aquella, un acontecimiento o una chorrada‑. Siempre se produce una llamada a los humoristas gráficos, porque saben que somos fáciles y ágiles de trazo, y damos una respuesta veloz, de manera que nuestro trabajo se traduce en exposición, un libro, un catálogo, o todo ello al mismo tiempo, totalmente gratis en la mayoría de los casos. Y sin rechistar. Y encantados, de verdad.
Tampoco podemos olvidar ‑por favor, que no cuenten otra cosa los libreopinantes todoterreno, que ya son demasiados‑ que los humoristas gráficos fuimos una de las primeras herramientas de la clase política. Con nuestro léxico frontal y desde el universal lenguaje del grafismo, pusimos voz a las intenciones de quienes, desde los comienzos, aspiraban a representarnos. Nuestra viñeta, nuestra tira, decía lo que los políticos estaban pensando y no se atrevían a verbalizar en público, por si se pasaban de frenada, pero no fue ni siquiera agradecido.
Por todo ello, al ver la tremenda cantidad de periodistas heridos por la situación canalla que no cesa, y como soy uno de ellos –nadie discute ya que el humor gráfico es un género periodístico‑ ofrezco a cuantos quieran mantener el tipo informando, opinando, dibujando o aportando fotos de nuestro brutal día a día, un espacio que nos sirva como escaparate para no desaparecer en silencio. Siempre es mejor una humilde colaboración, aunque sea sin retribución, que un sentido obituario. Esta dirección que os dejo aquí es la que ahora mismo necesita de todos para que juntos salgamos del hoyo. No sólo para los contenidos, sino también para el diseño, el soporte comercial, etc., etc.,


http://alpanpanyalpunto.com/index.html

Tras este sincero argumento de arranque, estamos Javier Semprún, Paloma Delgado Munden, Luis de Luxán y este que se dirige a ti, Ricardo sirCámara.-
La propuesta no sólo persigue los fines ya expuestos, sino engrandecer este soporte y esa profesión en la que creímos siempre, con unos servicios ciudadanos online que os iremos describiendo, a medida que se vaya consolidando la página para hacerla rentable y poder pagar las colaboraciones desde las inserciones publicitarias convencionales o con nuestro peculiar y novedoso soporte comercial con el sello de cada uno de nosotros. En la dirección sircamara@telefonica.net podréis dejar vuestras respuestas y cuantas aportaciones os parezcan adecuadas.
Gracias. Tiene gracia la cosa, ¿no¿
sircamara@telefonica.net                                                                       
 Ricardo sirCámara.-
                                        

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