Xaquín Marín
Durante todos estos años, estas muestras ha acercado a alumnado, profesorado y personal administrativo de la universidad, a la obra de artistas que centran su mirada en temas como el desempleo juvenil, el maltrato a las mujeres, la corrupción, la intolerancia, la importancia de la lectura, la discriminación, la crisis de valores, y otros aspectos donde, con los elementos del humor y la sátira, se cuestionan las causas de múltiples manifestaciones que afectan el desarrollo social.
En la actual Jornada participan 52 caricaturistas, entre ellos, David Vela, Joan Subirana, Xaquín Marín, Elena Ospina, Alfredo Martirena, Jesús Zulet, Ermengol, Felix Ronda, Jaume Kapdevila, Marlene Pohle, Puig Rosado, Rafael Clemente, Marçal Abello, Enrique Pérez, Juli Sanchis, y otros, que han donado sus obras a este evento.
Los desahucios, o desalojos a la fuerza de viviendas o locales, están a la orden del día en España. Varias personas se han suicidado al saber que iban ser expulsados de sus casas. Actualmente cientos de miles de familias se quedan sin techo, sin hogar y sin posibilidad de protección para sus hijos. Según la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas, desde este mismo año al 2015, 360.000 familias se quedarán sin casa. Mientras tanto el actual gobierno español se niega a cambiar una ley injusta y abusiva que obliga a quienes pierden su casa a continuar pagándola.
Resulta desalentador – escribe Manuel Palomar Sanz, rector de la Universidad de Alicante, en el catálogo de la muestra- comprobar cómo en un país con más de cinco millones de viviendas vacías, tenemos que asistir, día tras día, a la exclusión social, a la injusticia moral que suponen los desahucios. Un individuo sin hogar supone un fracaso de nuestro país, un mal que no hemos sabido prever y que aún estamos en vía de solucionar. La sociedad debe reaccionar con urgencia ante esta realidad.
Resulta desalentador – escribe Manuel Palomar Sanz, rector de la Universidad de Alicante, en el catálogo de la muestra- comprobar cómo en un país con más de cinco millones de viviendas vacías, tenemos que asistir, día tras día, a la exclusión social, a la injusticia moral que suponen los desahucios. Un individuo sin hogar supone un fracaso de nuestro país, un mal que no hemos sabido prever y que aún estamos en vía de solucionar. La sociedad debe reaccionar con urgencia ante esta realidad.
Los dibujantes –prosigue- presentes en esta muestra son buenos ejemplos de esa reacción deseable y necesaria en la cual debemos implicarnos todos, ya la que nuestra comunidad universitaria no puede ser ajena. El humor a veces debe escocer mucho para calar bien hondo. Y estas obras escuecen como reflexiones lúcidas que son, como la ironía que lleva implícita la denuncia sobre esta situación tan amarga y tan carente de sentido que nos trae la crisis.
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