miércoles, 8 de abril de 2009
Lamber entrevista al creador de Robustiano Fortachón
Nuestro amigo Lamberto Ortiz nos envía esta entrevista al gran humorista Juan Carbó, un clásico del tebeo valenciano y premiado por FECO con la distinción "Notario del Humor".
Lamber entrevista al creador de Robustiano Fortachón
Después de un afectuoso saludo, Juan Carbó, mi admirado dibujante me invita a pasar, en medio del pasillo se para, y me enseña uno de los inmenso volúmenes, lo abre y puedo contemplar hojas encuadernadas de su primera época, son estas perteneciente a la publicación Cubilete de editorial Gong, ahí está su primer personaje D. Homobono. Cojo otros volúmenes y aparecen los personajes de Robustiano Fortachón, Ivanchito y El Penado 113.
¿Qué fue del penado 113?. «Se acogió a la amnistía» ríe, sigo contemplando parte de la historia del tebeo valenciano, ahí están, Galería de Ases y las viñetas ¿Cuánto sabes?, y noticias curiosas tituladas ¡Ocurre cada cosa!, es otra faceta no humorística (exceptuando las geniales caricaturas que incluye en sus biografías) que en las páginas de Jaimito se sucedían semana a semana.
–¿Cómo te documentabas sobre las biografías de los deportistas?
–Me daban mucha información y compraba todos los periódicos de deportes.
–No conocía tu faceta de caricaturista.
–Había que hacer de todo…. Con permiso de la censura.
Su casa está llena de recuerdos, bellos recuerdos, y es que este suecano ilustre, con calle y todo, es miembro precursor de lo que se denomina Escuela Valenciana del Tebeo, y superviviente de una época en la que este medio incidía en la cultura de una sociedad rancia, que se evasionaba gracias a estos escritores del grafismo, y que gracias a ellos se hacía más llevadera la vida represiva. Carbó dejó de colaborar casi a la llegada de los kioscos de lo que hoy llamamos comic.
Carbó empezó a dibujar en 1949 para la publicación Cubilete, de Editorial Gong, pasando a la Editorial Valenciana a mediados de los cincuenta. Editorial Valenciana, era una empresa valenciana gigante en el mundo del entretenimiento popular, que junto con la catalana Editorial Bruguera se repartía el pastel de casi todos los tebeos que se publicaban en España, gran cantidad de estos trabajos se exportaban a Europa y Sudamérica. Juan Carbó pasó a trabajar para la Valenciana. —Empecé -dice-en los cincuenta, dibujando en Jaimito y Pumby—. Es, sin duda, uno de sus emblemáticos dibujantes, junto a Karpa, Sanchís, Edgar, Palop.
En los setenta, dibujó para Pulgarcito, de la editorial Bruguera, creando su personaje Placido Guerra. En esta época rehusó una suculenta oferta económica de Alemania, que le condicionaba a trabajar de negro, o sea dibujar para otro que firmara sus obras. Posteriormente decayó la demanda de tebeos, y con ello su trabajo, a pesar de ello todo la revista el Coet y el suplemento Pipa, del Diario De Valencia fueron receptores de su genialidad.
—«Mi padre falleció cuando yo tenía 13 años, y había que sobrevivir con lo que entonces era muy popular el pluriempleo, trabajé en distintos oficios hasta que entré por oposición al Instituto Nacional de Previsión, lo que popularmente llamaban La Casa del Chavo, y ahí estuve hasta que me jubilé, todos los años nos reunimos los compañeros en comida de hermandad, cada vez quedamos menos. Como te decía en el Instituto tenia jornada continuada, y las tardes libres…
–¿Y cómo las empleaba?
–Dibujando. Este oficio estaba muy mal pagado, nos hacían contratos engañosos e indignos, nosotros éramos soñadores que dibujando nos realizábamos artísticamente, pero para la Editorial éramos simplemente peones, peones que no podíamos sobrevivir, a no ser por el pluriempleo. Muchos se tenían que hacer autónomos, pero al poco tiempo tenían que cambiar de profesión, los que teníamos un trabajo de jornada partida, éramos afortunados. Fíjate, en la Valenciana, estaba lo que se decía la cola de Jaimito que era una cola que se formaba por dibujantes, que presentaban los originales, y esperaban a que se los seleccionaran, si estos eran aptos les pagaban por reproducirlos cuatro perras y luego, no los devolvían nunca, a nosotros los fijos, tampoco. No los hemos podido recuperar, a pesar de los tribunales, estos originales los tienen guardados y no saldrán a la luz hasta que nos hayamos muerto.
–Conozco gran número de dibujantes de una longevidad y lucidez artística, envidiable, Mingote, Ferro, Lanzón, tú...
–Te puedo decir –me interrumpe riendo- que conozco muchos más que han perecido en el intento. Ahora que mi salud no me acompaña, siento la satisfacción de haber hecho los deberes, y que se reconozca mi trabajo, es muy satisfactorio. Si bien de mi sólo se acuerdan los de 50 para arriba…
En 1970 Carbó fue incluido en la sección de dibujantes de revistas juveniles del tomo Humor Gráfico Español del Siglo XX. Fue incluido en la publicación de La Escuela Valenciana de Tebeos, editada 1999 con el patrocinio de la Diputación de Valencia y la Associació Profesional d’ Il.lustradors de Valencia. Su nombre figura en el diccionario cultural editado por la Consellería de Cultura de la Generalitat Valenciana. También está en el Diccionario de uso de la historieta, inserto en el Atlas Español de la Cultura Popular, de Jesús Cuadrado.
Más recientemente su biografía fue incluida en el libro La Historia del Tebeo Valenciano, Clásicos en Jauja, en 2002 con el patrocinio de la Direcció General del Llibre, Arxius i Biblioteques de la Consellería de Cultura i Educació. Fue nombrado notario del humor, por la Universidad de Alicante. Colaboró y colabora, en un sinfín de revistas y asociaciones, imposible de enumerar. Carbó me enseña con orgullo, su último libro recibido.
–Me lo regaló mi hijo, y corresponde a la Falla Chiva Fco. De Llano, del 2007 de la que fue presidente, el año pasado y que trataba sobre el tebeo valenciano
Lamberto Ortiz
Las imáges fueron tomadas de la página de Javier Vicent dedicada a la Editorial Valenciana .
Más información sobre Carbó pinchando aquí
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Mas información sobre Tebeos de la Editorial Valenciana en:
http://javier-vicent.es
Publicar un comentario